Misión y Visión de
la Fundación Medjugorje 2000
Según el plan de Dios, en María todo está relacionado a Cristo, y todo depende de Él (m.c.25). Su existencia entera es una plena comunión con su hijo. Ella dió su sí a ese designio de amor. Libremente lo aceptó en la anunciación y fue fiel en su palabra hasta el martirio de Gólgota. Fue la fiel acompañante del Señor en todos sus caminos. La maternidad divina la llevó a una entrega total. Fue un don generoso, lúcido y permanente. Anudó una historia de amor a Cristo, íntima, Santa y única, que culmina en la gloria.
María, llevada a la máxima participación con Cristo, es la colaboradora estrecha en su obra. Ella no es sólo el fruto admirable de la redención, es también la cooperadora activa. En María se manifiesta preclaramente que Cristo no anula la creatividad de quienes le siguen. Ella, asociada a Jesucristo, desarrolla todas sus capacidades y responsabilidades humanas, hasta llegar a ser la nueva Eva junto al nuevo Adán. María, por su cooperación libre en la nueva alianza de Cristo, es junto a Él, protagonista de la historia. (Puebla-292-293)
La Fundación Medjugorje 2000, en armonía con el magisterio universal y particular de la iglesia, y sometida a su discernimiento, desea encontrarse con Dios en el servicio de los hombres, busca el camino de fidelidad al Señor. Es por ello que en Fundación Medjugorje 2000 miramos la figura viviente de María bajo su advocación de María Reyna de la Paz. Ella nos enseña por la fe, la pobreza, la obediencia, la oración, el ayuno, la vivencia sacramental, la lectura de la palabra de Dios, y el amor, cómo podemos hacer que nuestros hermanos lleguen a Jesús, haciendo de la trinidad el centro de su vida.
La acción del Espíritu Santo, siempre dinámica en la Fundación Medjugorje 2000, nos ha constituido en constructores de la civilización del amor. El documento de Puebla nos ha insistido en que María es toda de Cristo y con Él, toda servidora de los hombres, nosotros, deseamos con sencillez, ser de Cristo por María para constituirnos en servidores de nuestros hermanos, llevándolos a Jesús por María.
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