Carlos y Emmanuel, sabemos la pena y el dolor que esta conlleva al perder a un ser tan querido como es nuestra madre y abuela por eso quisiéramos compartirles la siguiente reflexión que esperamos de todo corazón haga más llevadera esta situación:
Dios dice: Te presto un momento a tus padres.
Te presto un tiempo a tu madre y abuela, para que la amen mientras viva. Podrán ser 10, 20, 30 años o más, hasta que yo la llame.
Le pregunto: ¿Podrán cuidarla?
Quiero que aprendan a vivir con ella, le he buscado un hijo y nieto, los he elegido a ustedes, No les ofrezco que se quedará con ustedes para siempre, sólo se las presto. Ella les dará ternura y tendrá alegría por tenerlos. El día que yo la llame no llorarán ni me odiarán porque la regrese a Mí.
Su ausencia corporal quedará compensada por el amor y los muchos y agradables recuerdos que quedaron siempre llenando su corazón. Tengan presente que si algo les entristece, que si el golpe del dolor les hiere algún día, su pena es mía y así, con todo esto, su luto será mas llevadero y habrán de decir con gran humildad:
¡Hágase Señor tu voluntad!
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